Revisión de lunares.
Los nevus melanocíticos, conocidos también como lunares o pecas, son tumores benignos de la piel. Habitualmente se presentan como una lesión marrón (oscura o clara) que puede ser plana, lisa o producir abultamiento en la piel. Su tamaño es variable, de milímetros a centímetros, incluso (lo más raro) puede abarcar gran extensión cutánea.
Los nevus melanocíticos congénitos (de mayor tamaño) afectan a un 1% de los recién nacidos, pero lo más habitual es que con el paso del tiempo vayan apareciendo nuevos nevus melanocíticos (adquiridos) y se calcula que a los 30 años una persona sana podría tener entre 25 y 40 lunares de entre 5 y 10 mm de diámetro.
¿Por qué es importante controlar los lunares? Porque controlar los lunares y detectar a tiempo si son malignos, nos ayuda a tratar y así poder curar el melanoma.
El melanoma es una de las causas de muerte por cáncer de piel más frecuente en gente joven, los nuevos casos de melanoma se están incrementando más rápidamente que en cualquier otro tipo de cáncer, y lo más importante, en el 95 % de los casos se cura si se detecta a tiempo.
En las personas con antecedentes familiares de cáncer de piel, muchos lunares, piel clara y ojos claros, exposición solar importante, con nevus melanocíticos congénitos, pacientes inmunodeprimidos (ejemplo pacientes trasplantados), usuarios de cabinas de bronceado y hábitos de vida poco saludables, se recomienda un control periódico por el dermatólogo.
En este control se realiza una inspección general de la piel, se revisa uno a uno cada lunar con el uso del dermatoscopio que nos permite ver con más detalle las características de la lesión. En el caso de que se considere necesario se visualiza y se registra con el dermatoscopio digital, para obtener y guardar imágenes para comparar y detectar cambios que nos puedan alertar en futuras exploraciones.
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