La rosácea es un padecimiento común en el adulto con piel clara y fina. Son personas con un enrojecimiento facial persistente que se acompaña periódicamente de lesiones inflamatorias y pustulosas (a tipo granos). Algunos factores propician la aparición de brotes de rosácea como son cambios bruscos de frío a calor, el humo del tabaco, las especias, el alcohol y el estrés. Todo esto provoca dilatación de los vasos sanguíneos en el rostro.
No existe una cura para la rosácea pero se puede tratar y controlar. El dermatólogo le aconsejará como cuidar esta piel tan sensible para tratar y prevenir nuevos brotes.
El tratamiento del enrojecimiento facial con luz pulsada intensa ayuda a mejorar la sintomatología y disminuir los brotes. También es muy útil en casos de brotes muy continuos el uso de retinoides orales a bajas dosis durante varios meses, son bien tolerados y proporcionan confort al paciente.